- La atención y el seguimiento individualizado de cada alumno dentro del grupo. - La propuesta de trabajo autónomo del alumno individualmente o en grupo, de tal manera que el estudiar y el trabajar sean, al mismo tiempo, aprender a trabajar y a estudiar. - La observación sistemática del trabajo del alumno y la evaluación continua, de tal forma que todos los alumnos sepan que las calificaciones se ponen sobre el trabajo de cada día y no exclusivamente sobre los controles. - Un modelo de ‘sesión de clase’ que abarca desde la exploración previa, el tipo de explicación, resúmenes, trabajos a proponer, etc., hasta la evaluación final del tema.
Entendemos que: - Los hábitos son comportamientos que se aprenden. Está claro que si no hay hábito es porque no se ha enseñado o se ha hecho inadecuadamente. - El hábito se adquiere si el comportamiento se repite (se aprenden practicándolos). - Los hábitos son comportamientos adaptativos y, por tanto, su adquisición estará basada en la existencia de unas normas que deben ser claras, concisas y concretas; conocidas y comprendidas por todos los alumnos y exigidas sistemáticamente por el profesor. - Aprender hábitos es adquirir autonomía (éste sería el objetivo último de la educación). Al enseñar hábitos se van retirando ayudas (no siendo ilusos en cuanto a la consecución del objetivo, pero sí estando ilusionados porque, con su práctica y exigencia, se avanza terreno). - Los hábitos son contextuales, es decir, se enseñan y practican dentro de las actividades de enseñanza y, por tanto, su adquisición debe ser valorada. - La enseñanza de hábitos implica que el profesor no debe ni puede improvisar; por el contrario, debe saber qué quiere hacer, cómo lo quiere hacer, qué hace y cómo lo va a controlar y valorar.
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